6 ago 2012

Pantaleón y las Visitadoras - Mario Vargas Llosa

Hasta el momento no había leído nada de Mario Vargas Llosa. Es más, si no hubiera sido por la insistencia de un buen amigo que es un entusiasta seguidor suyo, no me habría aproximado a su obra porque no me gustan nada sus compañías y menos aún su obsesiva y enfermiza defensa del bochornoso y cruel espectáculo de la tauromaquia. Y lo voy a dejar aquí porque me enciendo.

Al margen de sus rancias amistades y su abyecta afición, si nos centramos en aspectos estrictamente literarios tengo que reconocer que Pantaleón y las Visitadoras es una novela muy buena que me ha enganchado desde el primer momento. Vamos que me la he leído en un pis pas. Hoy me voy a ahorrar el típico resumen argumental porque lo voy a copiar directamente de la web de Alfaguara. Me ha parecido tan breve y acertado que no veo la necesidad de reinventar la rueda:
Pantaleón Pantoja, un capitán del Ejército recientemente ascendido, recibe la misión de establecer un servicio de prostitución para las Fuerzas Armadas del Perú en el más absoluto secreto militar. Estricto cumplidor del deber que le ha sido asignado, Pantaleón se traslada a Iquitos, en plena selva, para llevar a cabo su cometido, pero se entrega a esta misión con tal obcecación que termina por poner en peligro el engranaje que él mismo ha puesto en movimiento. (1)
Me ha parecido divertidísima esta historia de meretrices yendo y viniendo por la Amazonia peruana para que los soldaditos puedan descargar todo el amor que tienen en sus genitales y de esta manera, poner fin a los ataques y violaciones de las jóvenes de los alrededores de los cuarteles durante los días de permiso. Entretenidísima pero muy acertada también, pues invita a la reflexión y se encarga de exponer astutamente muchas vergüenzas de la sociedad. Al enfrentar una acción tan racional y progresista como la narrada con los estamentos conservadores que rigen el país (estado, ejército, iglesia) se nos muestra la hipocresía inmovilista del poder, que antepone sus propios intereses a los del pueblo. Que no es que sea novedad, pero habrá que insistir e insistir hasta que esa situación cambie.

A nivel narrativo es también una novela ciertamente original. La trama se desenvuelve con una variedad sorprendente de formatos: rígidos partes militares de construcción formal, noticias extraídas de periódicos, transcripciones de programas radiofónicos y por supuesto, capítulos "convencionales" con diálogos entre los personajes en los que apenas aparece un narrador. Pero es que además las conversaciones recogidas en estos capítulos alternan, un poco a modo cinematográfico, escenas y protagonistas ubicados en localizaciones diferentes pero que tratando un mismo tema, dan continuidad a la narración. Y curiosamente, el efecto es como un buen montaje en una película: asombrosamente fácil de seguir.

Otras reseñas de este libro en Críticas Literarias Regina Irae y en Cuchitril Literario. Leyendo el post de éste último puedo comprobar que el efecto de rechazo inicial a este autor debido su ideología está mucho más extendido de lo que yo pensaba.

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(1) Extracto tomado del website de Alfaguara

2 comentarios:

Palimp dijo...

Que te gusten los libros de alguien cuya ideología no te gusta te provoca disonancia cognitiva, pero hay que saber separar el autor de la obra.

Lo peor es que escuchando unas conferencias de la fundación March (te recomiendo que eches un vistazo: http://www.march.es/conferencias/anteriores/) resulta que también habla estupendamente.

Cities: Moving dijo...

@Palimp: A mi me descoloca mucho que este señor, frecuentando las compañías que frecuenta, escriba artículos denuncia tan impresionantes como La caza del gay.

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